Boabdil.

Sobre Boabdil y cómo perder un reino. Existe un prisma que utilizamos para observar la historia y que definitivamente distorsiona. Probablemente sufra de los mismos defectos que un instrumento óptico de mala factura. Estos defectos tienen que ver con el pulido que recibe una lente. Ahora bien, usando la analogía propuesta, podemos inferir que el pulido de la lente con que observamos la historia se realiza con la educación, una de las mejores herramientas para el perfeccionamiento del hombre. Se preguntará Usted a esta altura y, con lógica razón, qué repentina manía asaltó a este autor sobre las leyes de la óptica. Existe una explicación. Como la historia más reciente está mal pulida, no nos deja ver más atrás. Un poco más atrás. Cuenta la leyenda (porque virtualmente de eso se trata), que habiendo rendido Granada a los reyes católicos, Boabdil lloró. Algunos historiadores relatan que su verdadero llanto se produjo al enterrar a su joven esposa en el señorío de Alpujarras, que le había sido cedido por Isabel y Fernando, como parte del acuerdo de capitulación. Pero no es el rigor histórico, sino más bien la parábola lo que llama la atención. Boabdil, debilitado por las luchas internas, no pudo detener el avance de los católicos y eligió una estrategia de negociación, que muchos califican de “ debilidad moral” y probablemente tengan razón. Sin embargo, el joven rey no era producto de otra cosa, más que de un contexto de debilidad generalizado en toda la población del reino. Quizás sea por eso que las palabras de su madre; Aixa, sean aplicables a todos los habitantes del reino, no solo al rey. La debilidad moral y su consecuente falta de recursos para enfrentar el avance de los reyes de Castilla y Aragón, eran el producto de las ambiciones por el poder y sus principales aliados: Pérdida de valores, falta de liderazgo, depreciación del sentido de nación y un montón de bonitos defectos que en la actualidad nos esmeramos por replicar. Puede uno leer “ La Gloria de Don Ramiro”, de Rodríguez Larreta y maravillarse con la sensualidad, el lujo y la cultura allí reflejados. Puede también entretenerse con los “ Cuentos de La Alambra” de Washington Irving. Pero puede explicarse el porqué de la caída de los moros? Claro que puede! Primero se descuidan los valores, luego se pierden las naciones. Más allá de la historia o la leyenda, sería bueno que el día de mañana no se nos recuerde porque alguien nos dijo: “Llora como mujer lo que no supiste defender como un hombre”. Cuidemos nuestra Granada...