Involucrarse con las noticias.
El sayo será nuestro? “Y de golpe me he dado cuenta de que ésa es, precisamente, la más insidiosa de las tentaciones. Puedo ser silenciado, no por mis enemigos, no por la autoridad, sino por mi propia y cómoda indiferencia. Puedo pensar que, justo porque acabo de escribir unas pocas páginas que serán ampliamente difundidas, he dado mi testimonio público y me he ganado el derecho a soñar tranquilo en mi rincón hasta el día del juicio final.” MorrisWest-“Los bufones de Dios” La cita a Morris West significa, ni más ni menos, que el dilema que encontramos cada día todos aquellos que hemos convertido a la comunicación en nuestra herramienta. Toda vez que transmitimos un hecho grave lo asumimos como una noticia y las noticias pasan. Lo que no pasa es el hecho que las originó. Por supuesto mal podría cualquier comunicador involucrarse con cada una de las tragedias cotidianas que transmite, pero la cara oculta (y peligrosa) de ese “no involucrarse” es la insensibilidad. Menudo dilema: si seguimos la noticia “in aeternum”,debería existir un periodista para cada noticia. No creo que sea ese el ethos de la comunicación. Pero sí queda claro que dicha comunicación carece de sentido si no se produce una consecuencia desde la acción por parte de quienes la reciben. Ahora bien: ¿ sirve de algo escuchar las noticias o leer el diario para luego exclamar “¡qué barbaridad!” Y seguir nuestra rutina como si no tuviéramos nada para hacer? La falta de justicia, el hambre, la exclusión, la violación de los Derechos Humanos, la inseguridad ciudadana, la crisis del petróleo ( y en breve la del agua) y sus guerras asociadas no son noticias, son hechos en los que tenemos responsabilidad, ya sea por acción o (más frecuentemente) por omisión. La noticia es esa cosa incómoda que evidencia nuestra falta de responsabilidad, por no llamarla duramente cobardía cívica. Los hechos del mundo no son fenómenos meteorológicos, son consecuencias. Siempre habrá algo que podamos hacer desde nuestro lugar en la sociedad, no importando cuán modesto sintamos que es. La llave de este tema es la acción y no debería entenderse como tal solamente la realización de cosas magnas. Basta con comenzar probando con el honor, la tolerancia, el trabajo y el respeto por las leyes. En síntesis: los valores en acción. El filósofo argentino Alejandro Rozitchner dice : “ Un gran país no entrega el poder a ciudadanos inútiles, ni lo deja a merced de personas cuyo interés comunitario sea tan frágil e impuro”. Al que le quepa el sayo....