Algo sobre la educación.
Sobre tíos, violencia y educación. La Argentina acuña el término “ cuento del tío”, para definir una clase de estafa que fue durante mucho tiempo contemplada con una extraña mezcla de benevolencia y admiración. Claro que la comunicación ha conspirado (gracias a Dios) contra esta modalidad delictiva, que tenía como principales cómplices la codicia y la ignorancia. Estas características pueden ser apreciadas en la lectura de la antología humorística de fraudes , vivezas y estafas titulada “ Los Cuentos del Tío” que el locutor y escritor argentino Alberto Thaler publicara allá por la década del 80. La marea tecnológica ha acompañado la evolución delincuencial y se ha pasado de las estafas cometidas a partir de avisos engañosos en los avisos clasificados a las muy cibernéticas estafas por Internet. Claro que aún teniendo en claro que se trata de delitos, por más eufemismos que busquemos, por lo menos tienen una lectura más “light” porque en ellos no se presenta violencia. En muchos de los relatos encontramos referencias a ancianos como víctimas propicias y es ahí donde el asunto toma feo color para cualquiera que tenga principios. A todo efecto, el abuso cometido contra un anciano reviste la misma entidad que estafar a un niño. Uno de los indicadores más sencillos de la salud de un país es justamente ver cómo se cuida a los ancianos y los niños. Tiene nuestro país salud? Por supuesto que no. Pero aún en las enfermedades existen grados. El problema es que el enfermo está agravándose. En materia de seguridad, se achaca muchas veces a la prensa la instalación de determinados temas y su consiguiente repercusión social. Ojalá se tratase de una operación de prensa. La realidad es que existen estadísticas alarmantes en cuanto a un ataque sistemático a los ancianos con delitos violentos contra la propiedad y en muchos casos con resultado de muerte. Yo mismo he sufrido un violento asalto a mis padres hace pocos meses. La pregunta es : Qué tipo de delincuentes eligen ancianos como víctimas? En muchos casos son jóvenes, casi niños. Estamos hablando de enfermedad y caemos en cuenta que la analogía también es buena a la hora de hablar de la cura. Se trata de un tratamiento complejo, pero de probada efectividad, relacionado con la prevención. Combatir la exclusión social y la pobreza extrema son parte del asunto. Pero el papel protagónico queda reservado para la educación. Esa es la herramienta universal capaz de sacar al hombre de la exclusión. Como dijo Spencer: “ Recordad que el objeto de la educación es formar seres aptos para gobernarse a sí mismos, no para ser gobernados por los demás”.