Martin Bermudez Opiniones y Dudas

domingo, julio 08, 2007

¿Infraestructura aérea o…Banda Ancha?

En una primer mirada uno podría pensar que la aviación es más o menos lo mismo en todo el mundo. Algo de razón tendría, pero, solo por el hecho de que en todos lados operan aviones. La verdad es que la estructura aérea en Argentina podría asimilarse a una conexión a Internet por Dial-up (línea telefónica), mientras que en los países europeos, Norteamérica y gran parte de Asia la misma se asemeja a una conexión de banda ancha. Básicamente, los aviones son los mismos, así como la información que fluye por internet, van a casi todos los aeropuertos del mundo. La diferencia está en cómo llega la información. Usando una conexión vetusta siempre hay demoras, el servicio no es confiable, se interrumpe por cualquier razón por nimia que sea y a la larga termina siendo más caro. Piense Usted si la analogía no es completa. Ahora bien: tenemos conexión, solo falta aumentarle la velocidad, confiabilidad y relación precio-calidad. Es por eso que una fuerte decisión política surge como insoslayable. No solo la seguridad, que es ahora el primer objetivo, es menester para salir de este atraso insostenible. Es necesaria una estructura aeronáutica que integre, una vez cumplidos los estándares internacionales, a la aviación, los aeropuertos y el turismo como base de una política de estado, que priorice la importancia que el transporte aéreo tiene en cuanto a: traslado de viajeros de negocios (que en este momento están fascinados con los “todavía” accesibles precios argentinos) y facilitación del turismo receptivo, que cada vez genera más recursos. Esos turistas deben tener la posibilidad de trasladarse con seguridad y eficiencia, por lo que el transporte aéreo debería articularse con el terrestre (también en una crisis de seguridad y estructura). Hacen falta más hoteles de ruta, inversión en centros turísticos y parques temáticos y desarrollo de corredores turísticos nacionales; pero eso requiere de créditos blandos apoyados por el estado. Las empresas aéreas, a su vez, deben ser sinceradas como “estructuralmente deficitarias” y esto no solo en Argentina. Europa y Estados Unidos tienen subvencionada, directa o indirectamente, a prácticamente toda su aviación. Es evidente que esto no responde a un enternecimiento de las principales bancas del mundo. Solo apoyando a los fabricantes como Boeing, Mc Donell Douglas (absorbida por Boeing) en Estados Unidos o al Consorcio Aeroespatiale (fabricante de Airbus y ATR) en Europa, logran ya asegurar el primer paso de una aviación indispensable para sus economías. Por otro lado, salvar empresas aéreas en crisis, para esas regiones no responde a piquetes ni huelgas, sino a tener claro que esto debe ser una política de estado que repercuta en la economía y estrategia de inserción regional y global. Para hacer negocios con países poderosos no solo hay que viajar a ellos, sino hacer fácil que ellos lleguen a nosotros. Esto y las comunicaciones deciden hoy qué países crecen y se insertan en el crecimiento y cuáles quedan relegados a un papel secundario. Los aviones no son un lujo para ricos, aunque una interpretación irresponsable podría proponer lo contrario. Lo cierto es que mejorar la aviación tiene poca redundancia si uno pone el foco sólo en la demagogia. Dá la sensación de que el gobierno no ha encontrado el rumbo para comenzar con las soluciones y esto no se debería a falta de voluntad, sino al atolladero en que lo podrían colocar muchas presiones sectoriales. Argentina tiene profesionales en materia de aviación, seguridad aérea, infraestructura aeroportuaria y todos los demás puntos a desarrollar que se destacan y trabajan en todo el mundo. Será cuestión de que los intereses políticos se hagan a un costado y los dejen trabajar. Entonces tendremos banda ancha.


 
Google