Sobre los nietos y la naturaleza.
“Debemos empezar a pensar y actuar no sólo en términos de nuestro país y de nuestra generación (y mucho menos de los beneficios de una determinada industria) sino en interés del vulnerable planeta Tierra en su totalidad y de las generaciones futuras. Carl Sagan, “Miles de millones”.
¿Cuántas veces uno escucha y, de hecho repite, a muchas personas diciendo que lo más importante en su vida son los hijos o los nietos? Lógicamente, asiente una verdad expuesta en forma tan visceral y, luego, procura olvidarse de la responsabilidad que encierra. De eso se trata la ironía de nuestras vidas en materia de cuidado de los recursos naturales. Quienes tenemos más de cuarenta años no podremos negar, en un simple ejercicio de la memoria, la diferencia de los veranos e inviernos actuales, con aquellos de nuestra infancia y adolescencia . Porqué será que no relacionamos este hecho con el mentado “cambio climático”? Una peligrosa miopía nos impide ver lo que está sucediendo. La evolución de las comunicaciones parece ser una de las pocas cosas que no genera contaminación ambiental, por supuesto si dejamos de lado el tema de las frecuencias de los teléfonos celulares, que por ahora no ha sido comprobado seriamente (o por lo menos así parece). Esas mismas comunicaciones son las que nos permiten comenzar a vivir la información inherente a los temas del medio ambiente en tiempo real y, a su vez, tener acceso a una importante cantidad de noticias que casi no tiene reflejo en los medios masivos. Pero he aquí uno de los principales escollos a vencer: parece que todo aquello que no vemos en televisión, escuchamos en radio o leemos en los diarios, no ocurre. Veamos un ejemplo: Hace pocos días los diarios publicaron una noticia sobre el descubrimiento de un yacimiento de oro en el Amazonas. Relataban que esto da lugar a una nueva tala indiscriminada en el principal pulmón del planeta, pero que dado lo accesible de las pepitas de oro, “casi” ni hacía falta el uso de mercurio para separar el metal. ¿Cuánto es “casi”? ¿Cuánto contamina ese “casi”? ¿Cuántas vías de agua del lugar con la mayor biodiversidad del mundo están siendo contaminadas? ¿Cuánto muere de esa biodiversidad? Pero esto no ocurre solo en el Amazonas. En muchos países del mundo hay explotación minera a cielo abierto. En algunas provincias de Argentina hay un inminente peligro de contaminación de acuíferos, producto de los procesos de “lixiviación” para la extracción de metales preciosos. ¿Sabe Usted qué es lixiviación? Sencillamente utilizar químicos (por ejemplo el ácido sulfúrico) para separar las piedras del metal. Esto se hace en inmensos espejos de agua artificiales, que pueden filtrar a los acuíferos una gran cantidad de metales pesados. ¿Sabe Usted que muchos acuíferos se conectan en forma subterránea, incluso a miles de kilómetros? Toda esta información está disponible en Internet, incluso puede uno suscribirse en forma gratuita a boletines electrónicos sobre estos tópicos. El cuidado de nuestros hijos y nietos justifica de toda forma la búsqueda de noticias, toda vez que estas no figuran en los medios masivos, pero igual ocurren. Otro tema a tener en cuenta cuando escuchamos las plataformas políticas. La frase de los indios norteamericanos que dice que “la tierra no la heredamos de nuestros antepasados, sino que la tenemos en préstamo de nuestros nietos” toma cada vez más sentido. Buscamos en el futuro la posibilidad de asentar colonias en el espacio. ¿Cuánto de ese presupuesto sería lógico utilizar para pensar en poder seguir viviendo en la Tierra? Una buena forma de demostrar amor es ocuparnos de cuidar lo que debemos devolver: el futuro del planeta.